La importancia de los entrenadores personales en el ciclismo

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Desde siempre, el ciclismo siempre ha estado vinculado a un deporte que se realiza en soledad: un ciclista recorriendo carreteras infinitas, pedaleando en solitario, subiendo montañas y enfrentándose al viento, al frío y el calor. Sin embargo, en los últimos años este deporte se ha especializado y detrás de cada pedalada hay una mejora en el rendimiento para ser mejor ciclista. Aquí nace la figura del entrenador personal. Por ejemplo en Madrid puedes encontrar un entrenador personal en Chamberí.

Hasta no hace mucho el ciclismo se basaba en dar pedales y en tener capacidad de sufrimiento. Sin embargo, la resistencia física y el acumular kilómetros ya no lo es todo. Un entrenador personal puede crear planes de entrenamiento especializados para mejorar la condición física y que cada pedalada sea mucho más productiva de cara a ser un ciclista más veloz.

El valor de no entrenar solo por sensaciones

Una gran parte de ciclistas aficionados tienen la costumbre de entrenar por sensaciones. Aunque la bicicleta es un deporte muy agradecido y se mejora rápido. Las sensaciones solo llevan a un lugar, y es el estancamiento deportivo. Esto se traduce en dos posibles salidas: lesiones derivadas de una sobrecarga muscular o bien la frustración por sentir que no mejoras sobre la bicicleta.

El entrenador personal lo que aporta es su conocimiento en nutrición deportiva, como progresar físicamente y como rendir más…

Para ello, hoy en día una infinidad de sensores como pulsómetros, potenciómetros o medidores de cadencia que nos permiten recabar una serie de datos para mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, toda esta información, si no la sabemos interpretar de forma correcta no nos servirá para nada.

Un entrenador personal puede ayudarnos a mejor nuestras prestaciones en base al rendimiento deportivo que damos en carretera o montaña. Pulsaciones por minuto, cadencia, fatiga…

La motivación y la estrategia

El ciclismo siempre ha sido catalogo como un deporte donde la línea entre la pasión y la obsesión es muy fina. Aquó la figura del entrenador es clave, ya que nos ayuda a establecer un plan de entrenamiento progresivo que no nos lleva a la desmotivación.

Nunca viene mal una voz de ánimo cuando nos quedamos sin fuerzas. Y nos recuerda que el descanso también es una parte del entrenamiento, que es aconsejable salir en zona 2 de entrenamiento para no quemarnos y que en la constancia está gran parte del éxito.

Por otro lado, no todos los ciclistas son iguales, tal vez lo que haga tu compañero de grupeta no te sirva… y es las que metas al final son diferentes: no es lo mismo correr para poder concluir una marcha cicloturista, que tratar de ser el número uno en meta. El entrenador personal adapta el plan a cada objetivo para que la motivación nunca baje.

Conclusiones

El entrenador personal en ciclismo nos guía para ser mejores ciclistas: más rápidos, más fuertes y más resistentes. Aquellos que han entrenado durante una temporada con un entrenador personal saben cual es la diferencia de alimentarse bien, entrenar con cabeza y ser constantes.

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